REFLEXIÓN FEBRERO 2011
ADORADO SEA EL
SANTÍSIMO SACRAMENTO
AVE
MARÍA PURÍSIMA
De la obra "Los
cinco minutos de Dios" - Alfonso Milagro (Misionero Claretiano)
"No es posible
prescindir de la cruz en la vida; pero no nos engañemos en imaginar cruces
raras; la cruz toma la forma de mil y mil circunstancias diarias en nuestra
vida.
El cumplimiento de
nuestros múltiples deberes suele ser cruz que gravita sobre nuestros hombros;
la fiel ejecución de nuestras obligaciones familiares, profesionales o ciudadanas;
la práctica sincera del amor a todos, aun a los que no nos resultan simpáticos;
la puesta al servicio de los demás, aun a costa de nuestra propia incomodidad,
para que los demás estén y se sientan cómodos; la aceptación de las cosas
molestas que nosotros no buscamos, pero que nos vinieron solas, sin saber de dónde
ni por qué; todo eso constituye frecuentemente una cruz pesada, o no, pero al
fin una cruz.
Feliz aquel que
sufre y sabe para qué sufre; feliz quien sufre para que los otros sufran menos.
La verdadera cruz cristiana tiene como trazo vertical la tensión hacia el cielo
y como trazo horizontal el esfuerzo continuo por mejorar la tierra."
Triste es sufrir;
mucho más triste es no saber sufrir; el cristiano conoce que debe sufrir con
Cristo y por aquellos que fueron redimidos por Cristo. “Por sus desdichas
justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará” (Is. 53,
11). Siervo de Dios es Cristo, pero es también el cristiano, que participa de
la misión redentora de Cristo.
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